martes, 19 de junio de 2012

Nudos en el Arte




 SEGUIR EL HILO


Seguir el hilo, no soltar la cuerda, tal el camino que Marcelo Mendizábal muestra  e invita a recorrer.  En un primer tiempo  dos cuerdas insisten en su obra,  y  trazan bordes   siempre imposibles de suturar.

Ahora las cuerdas  se anudan, invaden la tela, tela de araña que atrapa la mirada. Los hilos de  madejas  enredadas esconden las puntas que, trabajosamente, permitirán el desenredo. Uno evoca la paciencia del niño  con la “galleta “ en que se ha transformado el carretel de su cometa y la paciencia del artista que deja que su mano inscriba en la tela las huellas de su derrotero.

Llevado al plano, el trayecto se hace visible, enredado, pero consistente, como las cuerdas. Enredado y cuerdo. La cordura estaría en no soltar las cuerdas  que toman cuerpo a partir  del cuerpo del artista, de su mano,  con su mano.

El pincel  obedece a la mano, ¿y la mano ? La mano  de Marcelo Mendizábal pinta, como la de otros escribe, o como su boca habla.

 

Lo que él muestra despierta preguntas. La mano, las palabras, ¿obedecen a la razón ?  ¿Será que si se suelta el hilo de las razones se pierde la cordura ? ¿o será que se puede pasar, y se pasa, del razonar de las ideas al resonar de las palabras, con idas y vueltas ? ¿Qué resuena en la mano del artista ?

 “El corazón tiene razones que la razón desconoce,” el artista no sabe quizá lo que sabe y muestra su mano acerca de esos tientos que atan y  que también  sostienen la vida en enredos  de comedia, como es de uso decir. Nudos  que a veces se zanjan con  la solución   gordiana de la tragedia.

¿No es acaso  el cuerpo entero  el lugar que,  al vibrar al son de sus pasiones, hace escribir al poeta, y  libera  la mano del plástico ? Quizá por eso en la obra de Marcelo Mendizábal el plano cobra a veces profundidad, tercera dimensión, que toma  formas, y da color al entramado.






En el psicoanálisis  el quehacer se trama con los hilo del decir analizante. “Diga lo que se le ocurra” y  las palabras, con sus resonancias en el cuerpo, producirán sorpresas.

¿El inconsciente sería acaso eso, un saber acerca de los anudamientos de los  sonidos e imágenes  que erotizan nuestros cuerpos ? ¿Un saber que nos sabe ?¿Y si descubriéramos que pensar con los nudos es más adecuado que pensar en una psiquis metida en un cuerpo ?

 Marcelo Mendizábal  sigue tras la pista de las cuerdas y de los nudos. Por un momento intentó dejarlos de lado: se puede ver  hasta que punto, volvieron con más fuerza. 




 Por ese camino avanzó Jacques Lacan. Así entendió había avanzado Freud:

Quien mejor que Freud, confesando sus sueños, supo hilar la cuerda donde se desliza el anillo que nos une al ser, y hacer lucir,  entre las manos cerradas que se lo pasan  en el juego de la sortija de la pasión humana, su breve fulgor ? (Escritos p. 273)




Hay afinidades que pueden 
descubrirse entre el camino de  MarceloMendizábal, hecho con  su saber hacer con las manos,  y el que intentaba teorizar Jacques Lacan cuando insistía en decir que el psicoanálisis  no era un asunto de saber sino de un savoir y faire :
un saber-hacer- ahí, con eso. Eso ¿qué?

Una   prolongación del saber nos determina.  Un saber breve, corto,  pero perfectamente anudado. Se llama nuestro inconsciente en tanto que para cada uno de nosotros  ese nudo tiene soportes particulares. (18. 12 1973)


 Para dar cuenta de esa experiencia J. Lacan  se dejó enseñar por las cuerdas y los nudos. Encontró en  un tramado llamado borromeo, una manera de cifrar  con tres cuerdas al simbólico imaginario y real, “sus tres”, que trenzados mantienen a flote al ser hablante. Cuerdo.


Hablo del real, que me parece una noción radical para anudar algo en el análisis, pero no sola, está lo que llamo el simbólico y todo lo que llamo imaginario; me sujeto a eso como uno se sujeta con tres cuerdas que son las únicas que a mi me permiten flotar.(Conferencia de prensa, 1974)

Marcelo Mendizábal  nos  ofrece un autorretrato   delimitado  por cuerdas. Acuerda  así su sujeción a las   cuerdas. No cae en  la fácil ilusión del señorío, no hace de ellas las riendas del ego. Del nudo:

Uds. no son su sujeto, uds están arrinconados ( en el nudo) Como sujetos no son  sino los  que  sufren la pasión de esa triplicidad. (15. 01 74)

Los nudos  de esta muestra  no nos conducen por el camino de la demostración, sino que golpean los ojos :algo que nos concierne, allí y así, de modo excelente, nos es mostrado. 
                                                                                                                      Raquel Capurro





















                                                                


                            


































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